Ezequiel Wasserman presentó su primera exposición junto con una biopic que muestra cómo los sucesos de su vida lo llevaron a volcarse en el arte. La muestra, titulada SER, se exhibió en Bravo, Libertad 1264, Círculo Italiano donde más de 22 obras revelan su estilo distintivo y su exploración personal.
Su trabajo está vinculado a un estado reflexivo y propone una relación viva entre su obra y el espectador. Utiliza técnicas y materiales fuera de lo común como botones, tachas, imanes, balines y elementos reciclables, creando esculturas y cuadros envueltos en una atmósfera surrealista. Además, Ezequiel estrenó su biopic El Arte de Ser, filmada en el Centro Audiovisual de Argentina (CAI) y producida por Sasami. Este video inmersivo relata su transformación personal y artística, ofreciendo un viaje íntimo y sincero a través de los momentos que moldearon su carrera.
Desde su descubrimiento como artista, Ezequiel ha participado en bienales y exposiciones, y sus obras han sido parte de campañas significativas, como la de concientización sobre el cáncer de mama de Fundación Rossi. Además, ha creado piezas exclusivas, incluyendo una obra conmemorativa para los Premios Martín Fierro de Radio, en homenaje a la historia de este medio de comunicación. También ha incursionado en el mundo de la moda, con creaciones que acompañaron la colección del renombrado diseñador argentino Gustavo Pucheta. Estas colaboraciones han ampliado significativamente su alcance y han consolidado su presencia en el mundo del arte.
La historia de Ezequiel Wasserman está marcada por una serie de eventos que lo llevaron a descubrir su vocación artística. Graduado como diseñador gráfico en la UBA, trabajaba como organizador de eventos y actor. Sin embargo, la pandemia del 2020 significó una pausa obligatoria en su vida profesional, brindándole la oportunidad de reinventarse. Durante este tiempo, Ezequiel encontró en el arte una forma de canalizar sus emociones y reflexiones, iniciando así un viaje de autodescubrimiento que transformaría su vida y su carrera.
El aislamiento y la incertidumbre de la pandemia llevaron a Ezequiel a explorar el arte como una vía de expresión y sanación. Comenzó a plasmar sus emociones en esculturas y cuadros, desarrollando un estilo que invita a una conexión profunda entre la obra y el espectador. Utilizando técnicas y materiales no convencionales, sus creaciones se envuelven en una atmósfera surrealista y rupturista, reflejando su evolución personal y artística.