El consumo navideño en 2024 ha mostrado un cambio significativo en las preferencias de los argentinos, donde la búsqueda de experiencias y la conexión emocional se han vuelto prioridades. Según Ximena Díaz Alarcón, Co-Fundadora y CEO de Youniversal, este fenómeno no solo responde a la situación económica, sino que también refleja una tendencia global que valora los momentos compartidos como el verdadero sentido de las celebraciones.
Las familias y amigos han comenzado a poner el foco en el tiempo de calidad y en gestos que generen vínculos más profundos. En este contexto, la elección de regalos se ha orientado hacia opciones que priorizan la conexión emocional. Hoy, los regalos no se miden solo por su precio o tamaño, sino por la conexión emocional que logran generar, destaca Díaz Alarcón, subrayando un giro hacia un consumo más consciente y centrado en la experiencia.
Los datos del Trend LAB de Youniversal revelan que el 68% de los argentinos han optado por obsequios como cenas especiales, espectáculos y escapadas, priorizando la conexión emocional sobre los bienes materiales. Además, los productos personalizados, como tazas grabadas o álbumes de fotos, reflejan un enfoque en gestos simbólicos y significativos.
A pesar de que la tecnología y la moda siguen siendo populares, muchos consumidores han buscado alternativas más accesibles, recurriendo a circuitos como Avellaneda. Asimismo, los detalles gourmet, como chocolates, vinos y sets artesanales, han cobrado especial relevancia, especialmente en contextos de presupuesto limitado.
A pesar de una inflación más controlada, el impacto económico sigue siendo determinante. El consumidor argentino se caracteriza por su habilidad para maximizar el valor de cada peso invertido, explica la especialista. De hecho, el 85% de los consumidores compara precios antes de realizar sus compras, y el 78% recurre a la investigación online antes de comprar en tiendas físicas, mostrando un recorrido de compra cada vez más híbrido.
Este cambio en las preferencias de consumo no solo refleja una adaptación al entorno, sino también un cambio cultural que revaloriza lo esencial: compartir, sentir y crear momentos que trasciendan lo material. La Navidad nos recuerda que el verdadero valor no está en el tamaño del regalo, sino en el mensaje que lleva consigo, concluye Díaz Alarcón, resaltando que el espíritu festivo se basa en la empatía, la creatividad y el deseo de conectar.