Tecnología y sostenibilidad: el compromiso de las empresas para salvar el planeta
- Autor: CQAP StaffÚltima Actualización: 2025-06-04 - 22:10:00
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- Las empresas tecnológicas deben actuar con urgencia para mitigar el impacto ambiental y liderar una transformación hacia un futuro más sostenible.
El Día Mundial del Medio Ambiente, celebrado cada 5 de junio, nos recuerda la necesidad urgente de actuar frente al deterioro ambiental que sufre nuestro planeta. Este año, 2025, marca el 53 aniversario de esta conmemoración, establecida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La creciente concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera ha llevado a que el 2024 fuese considerado el año más cálido registrado, superando el umbral de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Uno de los factores que contribuyen a esta crisis es nuestro modelo de consumo energético, que ha priorizado históricamente el uso de combustibles fósiles. Este enfoque ha generado cambios drásticos en el ecosistema, desde la explotación de yacimientos hasta la emisión de CO2, lo que resulta en la contaminación del aire, agua y suelos. Es en este contexto crítico donde las empresas tecnológicas deben intervenir.
Las empresas del sector tecnológico, gracias a su capacidad innovadora y recursos, se presentan como actores clave en la búsqueda de un futuro sostenible. Su papel va más allá de ser parte del problema; pueden ser la solución. La rápida expansión de dispositivos electrónicos y centros de datos de alto consumo energético ha contribuido significativamente a la contaminación. Un estudio de The Shift Project indica que el sector digital representa aproximadamente el 4% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, y esta cifra podría duplicarse para 2025 si no se toman medidas correctivas.
Sin embargo, reducir el potencial de las empresas tecnológicas a su impacto negativo sería un grave error. Tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA), la computación en la nube, el Internet de las Cosas y el blockchain, cuando se utilizan de manera responsable, pueden catalizar cambios positivos en diversas industrias. Hoy más que nunca, el mundo necesita que la tecnología esté al servicio del planeta. Empresas como Microsoft están tomando la delantera, comprometiéndose a ser carbono negativos para 2030 y a eliminar toda su huella de carbono histórica para 2050.
Además, con aliados como Baufest, Microsoft ha desarrollado herramientas como Microsoft Cloud For Sustainability, que permite a las empresas monitorear continuamente sus emisiones y el impacto de sus recursos. Este modelo se basa en tres ejes: datos, insight y acción. Juntos, estos elementos permiten acceder a datos de múltiples fuentes, medir impactos ambientales y guiar la gestión hacia la mejora continua, siempre con el objetivo de alcanzar metas ambientales, sociales y de gobernanza (ESG).
En América Latina, la transición ecológica representa tanto un desafío como una oportunidad. Las empresas tecnológicas de la región tienen el potencial de crear soluciones que respondan a las necesidades locales. Es crucial que la innovación se conecte con la sostenibilidad y que se cierre la brecha digital, asegurando que estas soluciones beneficien a toda la población. La sostenibilidad debe ser inclusiva para ser efectiva.
Celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente desde el sector tecnológico implica más que campañas publicitarias o compromisos superficiales. Se requiere acción sostenida, colaboración entre sectores público y privado, y una perspectiva integral que integre criterios ambientales en todas las etapas del ciclo de vida de la tecnología, desde el diseño hasta el reciclaje. Las empresas tecnológicas poseen las herramientas necesarias para redefinir la relación entre la humanidad y la naturaleza. No se trata solo de hacer menos daño, sino de generar un impacto positivo neto. El futuro del planeta depende en gran medida de que esta industria reconozca que su verdadero éxito no se mide solo en ingresos o usuarios, sino en el legado ambiental que deja para las futuras generaciones.