Preparación esencial de la moto para el verano

- Autor: CQAP StaffÚltima Actualización: 2025-12-16 - 23:07:00
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- Con la llegada del verano, es crucial preparar la moto para garantizar viajes seguros. Sigue estas recomendaciones para una conducción responsable.
Con la llegada de las vacaciones de verano, miles de motociclistas en Buenos Aires y otras ciudades de Argentina se preparan para emprender emocionantes viajes en ruta. La libertad que ofrecen las motos es inigualable, pero también conlleva una serie de responsabilidades, especialmente cuando las temperaturas aumentan y las distancias se alargan. Por ello, una revisión exhaustiva de la moto no solo previene inconvenientes mecánicos en el camino, sino que se convierte en un pilar fundamental para la seguridad vial.
La Comisión de Seguridad Vial de la Cámara de Fabricantes de Motovehículos (CAFAM) ha propuesto un método fácil de recordar para llevar a cabo un chequeo completo antes de salir a la carretera. Este método, conocido como TCLOCK, incluye los siguientes aspectos: neumáticos, controles, luces, aceite, cadena y soportes. Cada uno de estos elementos juega un papel crucial en el funcionamiento óptimo de la moto.
En primer lugar, la verificación de los neumáticos es esencial. Es necesario comprobar la profundidad de la banda de rodadura y el desgaste de las ruedas. También se debe buscar cualquier objeto incrustado y protuberancias que puedan comprometer la seguridad. La presión de aire debe ser revisada con los neumáticos en frío, y es importante asegurarse de que las llantas no estén deformadas. Un neumático en mal estado puede ser la causa de un accidente, por lo que esta revisión no debe pasarse por alto.
El siguiente paso es realizar controles minuciosos de los frenos y otros componentes mecánicos. Esto incluye verificar el nivel de líquido y las pastillas de freno, asegurándose de que cada freno funcione correctamente. También es fundamental comprobar que los cables no estén desgastados, doblados o interferidos, y que el acelerador pueda moverse libremente sin causar aceleraciones inesperadas. La seguridad en la conducción comienza con un adecuado funcionamiento de los frenos.
Las luces y el sistema eléctrico son otros aspectos que requieren atención. Es primordial comprobar que todas las luces y señales de giro funcionen correctamente. Los terminales de la batería deben estar limpios y bien ajustados, y también se debe verificar que el tubo de ventilación no esté doblado. Una buena visibilidad es clave para la seguridad, por lo que ajustar los espejos desde la posición de conducción es una práctica recomendable.
El aceite y otros fluidos no deben ser descuidados. Se aconseja revisar el nivel de aceite con la moto fría y en una superficie nivelada, así como estar atentos a posibles filtraciones. Cambiar el aceite según lo indicado en el manual del propietario es esencial para el buen funcionamiento del motor. Asimismo, la cadena debe ser revisada y mantenida adecuadamente, asegurándose de que su tensión sea la correcta y que esté limpia y engrasada. La cadena es una de las partes más críticas de la moto, y su mantenimiento puede prevenir problemas mayores en el futuro.
Más allá de la preparación mecánica, la conducción en verano presenta desafíos adicionales. Se recomienda evitar circular durante las horas de máximo calor, que suelen ser entre el mediodía y las cuatro de la tarde. Aunque el calor puede ser un inconveniente, no se debe sacrificar el equipamiento de protección. Actualmente, existe en el mercado una amplia variedad de chaquetas, pantalones y guantes diseñados específicamente para el verano, que permiten la circulación del aire sin comprometer la seguridad. Además, el uso de un casco homologado, correctamente abrochado, es obligatorio y representa el elemento más importante del equipo de protección.
La distribución del equipaje también es crucial. Es recomendable equilibrar los bultos entre los laterales y el baúl trasero para no afectar la estabilidad de la moto, especialmente en curvas y maniobras. Todos los bultos deben estar firmemente sujetos, ya que en viajes largos tienden a moverse y pueden causar problemas si no están bien asegurados. Realizar paradas cada dos horas o cada 150 kilómetros es una práctica recomendada para estirar las piernas, hidratarse y recuperar la concentración. Además, no debe faltar un kit básico de reparación y la documentación obligatoria, como la licencia de conducir y el seguro del vehículo, que deben estar vigentes.